Homilía del 3˚ Domingo de Pascua (lecturas)
El fracaso, la desilusión, la desconfianza, el desengaño forman parte de nuestra vida. Cuando aparecen es difícil volver a creer, volver a intentarlo, volver a confiar, volver a amar. Pero Jesús aparece y todo cambia. En este tiempo reconocemos su presencia de muchas maneras, especialmente al partir el pan. Porque, aunque tengamos que apañarnos como podemos en una situación tan especial y difícil, la Iglesia no es virtual, sino concreta. Cristo la fundó como comunidad reunida en torno a la Eucaristía. Y esperamos anhelantes poder vivir de nuevo este ideal.