Alergias e intolerancias

Homilía del 22º Domingo del Tiempo ordinario

Días atrás me puse a buscar la diferencia entre alergia e intolerancia. En alguna ocasión las había usado como sinónimos y me habían corregido por hacerlo, pero no entendía cuál era la diferencia. Así que me puse con ello.

Según parece, la alergia es una reacción del sistema inmune para defenderse de una sustancia que identifica como una amenaza y desencadena enrojecimiento de la piel, inflamación, problemas respiratorios, etc. Ahí tenemos a la gente que tiene alergia al polen, a los animales, a ciertos olores, incluso… que Dios los proteja.

La intolerancia, por su parte, tiene que ver más bien con el metabolismo. Hay un alimento que no digieres bien y te provoca las reacciones típicas de las intolerancias: ardores, náuseas, vómitos, etc. Intolerancia a la lactosa, a la legumbre, pescado, hay un montón. Recemos todos para que, si hemos de tener intolerancia a algo, sea a las lentejas y nunca al jamón serrano.

Bueno, todo esto viene porque en el Evangelio de hoy hay una cosa a la que todos o casi todos tenemos alergia (Dios me libre de meter a todos en el mismo saco) y a la que bastantes podemos tener intolerancia: aquello que cuesta, que es difícil, que supone sacrificio. Cuando algo tiene pinta de costar sacrificio enseguida nos provoca una reacción alérgica que nos hace mirar para otro lado. Hay quien, incluso, no puede digerirlo y desarrolla una intolerancia que le hace perder su vida en buscar lo cómodo y fácil, que no siempre llega.

En el Evangelio de hoy aparece esta alergia de Pedro al sacrificio. Cuando Jesús les anuncia que tiene que ir a Jerusalén y que allí va a padecer y a morir, el sistema inmune de Pedro salta y se defiende: ¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte. Es ocasión para que Jesús, más allá de regañar a Pedro, que lo hace, deje a todos una enseñanza que ha guiado a muchos santos a dar su vida: Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?

Si no toleras aquello que cuesta sacrificio, no puedes construir nada en la vida. Fijémonos que la palabra sacrificio viene del latín, de dos palabras,  sacrum, que significa sagrado, y facere, que significa hacer. Es decir, que en su origen sacrificarse por algo significa hacerlo sagrado para nosotros. En primer lugar, y fundamentalmente, son sagradas las cosas que pertenecen a Dios. Por eso decimos que la iglesia es un sitio sagrado o la Biblia un libro sagrado.

Pero, en un sentido más coloquial, son sagradas aquellas cosas o aquellas personas que amamos y por las que nos sacrificamos. Las amamos de tal manera que las hacemos sagradas para nosotros y merecedoras de nuestros sacrificios. Qué bonito que alguien sea sagrado para nosotros porque lo amamos hasta tal punto que nos sacrificamos por él. Qué bonito si, en ese sentido, Dios es también lo más sagrado para nosotros.

Cuando Jesús dice si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga, está hablando de esto. Ojalá que no tengamos alergia o intolerancia al sacrificio, sino que seamos capaces de entregarnos para seguir a Jesús en el camino de la cruz, que es el camino de quien ama y, porque ama, se sacrifica. Sí, supone negarse a uno mismo, pero para poder decir sí a lo más bello y profundo: el amor a Dios y al prójimo.

Le pedimos a la Virgen María que nos libre de la alergia y la intolerancia a aquello que cuesta, para que podamos seguir a Cristo, que cambie nuestro modo de pensar para que podamos discernir de verdad cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto, aquello por lo que vale la pena sacrificarse.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s